Saturday, August 13, 2011

Ultravioleta ~ Capitulo 2 ~ Dias apagados.

Ultravioleta ~ Capitulo 2 ~ Días apagados.


Narrador > Es interesante. Nosotros somos creaturas procedentes de una mente trastornada y maravillosa. Somos los hijos de nadie y somos los padres de generaciones fracasadas. Vivimos en un manicomio que es un libro y cada personaje es un paciente. Cada capítulo es una celda y cada frase es un barrote que nos aprisiona. Somos lo que nos ordenan y nuestros actos de barbarie son para el placer fundamental de un desquiciado que nos teme.

La voz del narrador proviene de un cuarto obscuro, uniforme en silencio. La cámara va subiendo y se aleja. Las rejillas de la alcantarilla pasan salimos a la calle. La cámara flota en el aire hasta el tercer piso y entra por la ventana.
Un hombre en bata de reposo sentado frente a una máquina de escribir. Sonidos contantes. El humo del cigarro recorre la habitación como un alma silenciosa. La tostadora brinca. El agua del café hierve. Un repentino silencio en la mañana. New York no descansa. Cruzando el pasillo se escucha un bebe llorar. Un corto silencio inesperado. Los dedos sobre el teclado de la máquina de escribir se detienen. El escritor (Thomas) cierra los ojos y se relaja. Saca el cigarrillo de los labios y lo coloca sobre el cenicero. Inhala. Aroma a toxico, a cigarro, a café recién hecho, pan tostado. La mermelada de la alacena. El aire toxico a su alrededor. Se pone de pie y se dirige a su pequeña cocina.

Toma los panes tostados y los coloca sobre la mesa y abre la alacena toma la mermelada de fresa y un cuchillo plano para untar. Se sirve su café negro con dos cucharadas de azúcar.
Se escuchan voces en la otra habitación que mantiene la puerta cerrada. Mira el reloj y nota que son las 9:46 de la mañana. Sarah nunca se había levantando tan temprano…No lo recordaba. Toma un plano pequeño y coloca un pan sobre otro y toma el café al dirigirse a la sala donde está su máquina de escribir se detiene en seco al ver la puerta abrirse.

Narrados > Ajahm…Allí viene ella. Sarah! Que terrible se ve una mujer por la mañana. Y si fuera peor en su primer día de la menstruación. ¿Alguien me escucha? Sigo aquí. >Grita sus últimas líneas<
Sarah> Buenos días < Su mal aliento matutino le llega hasta la nariz a Thomas el cual disimula tomando café.>

Thomas > Ignora a Sarah y va hasta su escritorio en la sala. Observa la hoja donde a comenzado a escribir. Mientras tanto Sarah entra al baño y se compone el aliento, el cabello y un poco de maquillaje. Al salir del baño con bailes carismáticos se pasea por la sala observando a Thomas que no se mueve.

Sarah >Se detiene< > ¿Qué ocurre? <> Pregunta con aires de misterio<
Thomas> Se güira apresuradamente y sonríe despreocupado. Vivo. Fresco y radiante aun así en la opacidad de su carácter. < > No Ocurre nada. Tomo inspiración.<> Es cortante y vuelve a mirar su máquina de escribir<
Sarah> No le cree sus mentiras pero rueda los ojos y camina a la cocina tomando pan fresco y colocándolo en la tostadora. Lo mira desde la cocina.< > ¿Haces otra cosa aparte de leer, escribir y dormir?< Pregunta con ganas de hacerlo sentir mal.
Narrador:> Es aquí cuando todo se complica. >Ansioso de pelea<

Thomas > ¿Haces otra cosa aparte de follar, dormir y comer?<
Sarah > Trataba de ser simpática.

Thomas > Pues no lo seas. Encantadora.
Narrador > Aquí es cuando Sarah intenta solucionar las cosas.<
Thomas vuelve a teclear componiendo sus mejores “obras” de arte. Se detiene constantemente para beber del café y de vez en cuando mordisquear el pan y masticar.
Sarah > Recibí una llamada de Arthur Nobel <
Narrador > ¿Notan la emoción en la voz? Sospecho que viene algo bueno < >Narrador lee el libreto sin ánimos>

Thomas hace un sonido extraño con la boca para que continúe.
Sarah > Me ha invitado a cenar. Y es como…ósea. Es un chico súper importantísimo. Ya me había invitado a cenar antes pero esta vez…Tu sabes…quiero hacer cositas con él. <
Narrador >Pobre golfa<
Thomas > Ten una noche agradable < > Trata de ser cortes y continua escribiendo. Disfruta del buen sonido de la máquina de escribir al momento que forma cada palabra.>
Sarah se nota desanimada y busca la mirada de Thomas pero no la encuentra. >Estoy en mis días…Estoy con eso de la…tu sabes< Avergonzada.
Thomas levanta la mirada y sonríe un poco. >Ya entiendo…< Una sonrisa viva le aparece en los labios.
Sarah > No se qué hacer…seguro y me insinuara…algo no sé.< Nerviosa. Su mundo es hombres y sexo. Thomas piensa que es solamente una niña ridícula. > ¿Qué puedo hacer? Thomas<
Narrador > Aquí su gran error…Le acaba de preguntar a Thomas<

Thomas ahora interesado se acomoda apoyando su espalda en el respaldo de su cómoda silla y la mira entrelazando los dedos.
Thomas > No puedes hacer nada…No te podrás acostar con él. Sería como un baño de sangre. Podrían hacerlo en la ducha. Pero aun a si lo notaria< Le destroza las ilusiones.
Sarah se muestra triste y cabizbaja.
Thomas >Irán a cenar…?< Pregunta y ella asiente con la cabeza.
Narrador > Aquí es cuando Thomas lo arruina todo<
Thomas > Uhm. Ya veo… ¿Sabes? En el siglo XVIII, en Alemania, se utilizaba la sangre menstrual en bebidas y comidas como un afrodisiaco. ¿Quizá podrías agregar un poco en su ensalada o su espagueti? < Finaliza y vuelve a escribir.
Narrados >Se los dije<

Sarah hace una expresión de asco y tira el cuchillo con el que untaba mermelada en el pan tostado. Lo mira con ojos fieros y enojada.
Sarah > Eres un asqueroso. No sé de donde sacas esos datos. Pero son repugnantes. Si te gusta la comida afrodisiaca podría untar un poco de mi sangre en tus panes o quizá derramar un poco en tu café…>
Thomas, Le interrumpe >No, Gracias< Continua escribiendo.
Los ojos de Sarah se humedecen un poco. Lo único que quería un poco de consuelo y comprensión. Azota su plato contra la mesa haciendo que Thomas levante la mirada y sus ojos se encuentren con los de ella.

Sarah > Odio lo que me ocurre. Y odio esto…porque ahora tendré que cancelar mi cita con un chico maravilloso y me tendré que quedar en este estúpido departamento con un estúpido escritor que jamás sale a la calle y piensa que lo sabe todo.< Grita completamente enojada y frustrada > Te odio Thomas. Odio vivir contigo y odio todo esto < Se marcha a su habitación sollozando de la tristeza. Cierra su puerta de un gran portazo donde y sus gimoteos se pueden escuchas atreves de la pared.

Thomas prefirió hacer oídos sordos de sus palabras y continuo escribiendo por el resto de la mañana a medio día salió a dar una larga caminata por su barrio disfrutando de lo raro que era vivir. O lo raro que él pensaba era vivir. Aun que intentaba no demostrarlo las palabras de Sarah le habían lastimado con mucha profundidad y comprendía que él la había lastimado. Se dio más cuenta pues al volver al departamento ella seguía llorando y se notaba que quería controlar las lágrimas del coraje. Esas noches todas durmieron temprano. Se hacia un silencio terrífico. Thomas cerró los ojos tratando de dormir pero se dio cuenta lo solo que estaba en la vida. Que no había nadie durmiendo a su lado. Que no era un escritor realmente reconocido. Que lastimaba a la mayoría de las personas.

Se dio cuenta de lo solo y triste que se estaba quedando y entonces. Fue entonces. Después de horas de reflexionar. Tuvo miedo. Tuvo miedo de quedarse solo. De morir en solitud y que nadie le recordase jamás. Entro en un momento de histeria y se levanto de la cama. A esas horas de la noche la lluvia que había comenzado horas atrás ya estaba más fuerte. Salió por la puerta de emergencia y subió las escaleras de emergencia hasta llegar a la azotea. No importaba la lluvia gélida ni el fuerte aire. Se paro en la orilla de la barda y extendió sus brazos Y entonces….

Continuara.

Narrador >Continuara? Yo no pienso seguir leyendo esto. Suertudo tu lector que puedes dejar de leer esto. Yo soy una conciencia manipulada…Seguid leyendo y descubrid si nuestro demente escritor se tira del edificio o si solo dramatiza.< Cierra el libro y lo lanza por el aire. El Narrador se pone de pie y camina por el teatro. >Dejadme Escapar< Grita con alegría.

~ Antonio Frattini ~

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